Las 5 fantasías que nunca confesarías a tu pareja

Vale, para comenzar hay que tener una cosa clara. Que tengas pareja no significa que seas una persona nueva (o sí). El caso es que sabemos que conservas de alguna forma ese lado perverso y que cuando te tomas un cubata sientes la mano fría de la guarrería en tu nuca (que sí, que yo lo sé aunque no lo digas). ¿Qué no? Vayamos por partes y hagamos una autopsia de nuestras fases emocionales al encontrar pareja.

Fases emocionales al encontrar pareja

Fase Post – Ruptura

¿Qué fue antes la gallina o el huevo? La verdad es que ni idea, pero si algo tiene que empezar a crecer en nosotros crece cuando se rompe una relación. Lo primero que crece es la tristeza (pero a saco). No hablamos de un “ay, qué triste estoy, pobre de mí”, hablamos de una pena negra e invasiva que te anula como persona.

Lo segundo que crece es la barriga (por la pena negra), estaba claro. Esos cubos de helado del Mercadona son tu vida ahora mismo y lo das todo agarrado al cubo como si te fuera la vida en ello (en pijama por supuesto, porque nosotros el duelo lo llevamos al extremo). Somos el capitán del Titanic y nos hundiremos con barco, claro que sí.

Fase Recuperación

Es en esta fase cuando nos convertimos en un ser místico y puro (cuando se acaba el helado y pesan las lorzas). Nos paramos frente al espejo y pensamos en los divinos que somos. En el caso de las chicas lo primero que hacemos es adquirir trapos (pero muchos trapos), además nos compramos lo más caro (y si es barato, ocho prendas por cada una cara) como una especie de ritual y sacrificio a nuestro cuerpo. ¿Por qué? Porque “we own the night” y “girls just wanna have fun”, ya sabes.

 

Fase Pre-relación

Esto es lo que realmente falla de todo el ciclo. Cuando realmente nos recuperamos y dejamos de lado las canciones de Pablo Alborán y encontramos nuestro Nirvana en nuestra soltería surge el momento en que aparece alguien nuevo (o no, que también se admite reciclar). El caso es que lo que es tontería se convierte en toda una declaración de intenciones. Que empiezas por un café y acabas con tu karaoke portátil, lo plantas debajo de su balcón y te marcas un temazo para declarar tu amor (porque cuando nos enamoramos; lo hacemos de verdad).

¿Qué pasa entonces?

Pues pasa el tiempo y la llama sigue… pero claro, entra el gusanillo de cosas nuevas, oscuras e inconfesables que ¿le gustarían a tu pareja? Pues quién sabe, aquí conservamos la esperanza, porque para soñadores; nosotros. El caso es que si tienes el valor suficiente se lo dirás y si no, pues a digerir a dolor toda tu lascivia, claro que sí; eres un gladiador contra todo lo pecaminoso.

 

Pero de repente vuelven todas esas fantasías en el momento más insospechado: cuando vas en metro,  cuando te das cuenta de que el último Jägger sobraba (porque los anteriores cinco gintonics no, esos no sobraban)… Te suena, ¿verdad?

Pero no te preocupes, porque a todos nos pasa. Todos tenemos esas fantasías producto de la lascivia contenida. Aquí tienes un repaso por las más comunes; leerlas no te quitará las ganas, pero oye, al menos te sentirás acompañada.

¿Qué no puedes quedarte con las ganas y no sabes qué hacer? Pues echa mano de nuestras Soluciones Rosas 😉

Un negro

¿Cómo un negro? Pues sí, uno cualquiera y aleatorio, porque las mujeres somos así de impersonales, monstruos de maldad que lo que desean cosas de proporciones descomunales. Ya sea la hamburguesa más grande del McDonald’s o un pene.

Bien sabido es este mito (o verdad) de que las proporciones de estos mozos son notablemente mayores. El caso es que no siempre está en nuestra mano adquirir un individuo así y si tenemos esa posibilidad nos da pereza (pasemos de trámites burocrático-emocionales).

Solución rosa: Hazte con un macro/hiper/mega vibrador negro… pero negro; NEGRO y enorme. Es el caso de nuestro Príncipe de Namibia, que llega cabalgando desde tierras lejanas para hacer tus noches más exóticas.

 

Un trío

Porque dos son pocos y tres no son multitud, que no… que sabemos que otra persona no sobraría. Porque nos gusta sentir la dominación (o sumisión) de dos personas y perder un poco el control (bajo peligro de agobio absoluto y muerte inminente).

La verdad es que los tríos son una práctica para gente valiente, y quizás la formula más extendida para la búsqueda desesperada de un trío es un sábado con los sentidos alterados y así a lo tonto y en broma (o no), ver si cae la breva. El caso es que con esta opción a veces la torta de la llevas y no siempre obtenemos los resultados esperados, a veces se nos atasca eso de ser embajadores del amor colectivo.

Solución rosa: Súmate al sofá del amor, aunque suene hippie. Descubrirás una forma de hacer un trío sin tener que convencer a nadie, coge a tu pareja y ponte encima, el sofá se encargará del resto…

 

Deseo anal

Vale, esta me vais a permitir que la oriente a hombres heterosexuales, AKA Macho Alfa. Que sí, que parece que cada vez nos soltamos más con eso de probar “por detrás”, pero que si eres hombre y te gustan las mujeres, sabemos los prejuicios que vas a tener. Sabemos que quieres probarlo y no, no vale meterse cualquier cosa, debes hacerlo como es debido. En primer lugar porque no siempre vamos a encontrar manos ni miembros ajenos dispuestos a costearte el experimento, y en segundo porque hay que tener cuidadito con lo de coger el primer cachivache que encontremos y dedicarnos a probar, que la sala de urgencias se nos llena de individuos con objetos misteriosos que no pueden sacar luego.

Si alguna vez has sentido ganas de probar eso del Punto P, o qué se sentirá al ponerse erecto y ser penetrado a la vez, echa un vistazo a nuestra solución rosa.

Solución rosa: Nosotros te recomendamos los estimuladores de próstata. Con sus miles de formas, tamaños y acabados. ¿Estás listo para una erección brutal?

 

La vecinita o el vecinito

Te has convertido en la vieja del visillo versión guarra, y es que te tienes más que controlado los pasos del rellano de ese vecino o vecina que está como un tren. Tu misión en esta vida como guerrero o guerrera del amor es meterte un día en su casa y darle lo suyo, hasta que te acuerdas que tienes pareja y que no va a poder ser.

Solución rosa: ¿Has oído hablar de los juegos de rol? No, los de dragones y mazmorras no, los que implican disfraces y hacerte pasar por otra persona. Pues eso, un picardías con transparencias o un buen disfraz sexy, e improvisad un peliculón sin salir de casa.

 

Tirarte al repartidor

Dícese de esos visitantes extraños armados de su fuerza para traerte un botella de butano empapada en sudor, una carta o un paquete. ¡Dales su merecido! Ni firmas ni pagos. Tú eres la dueña del lugar y él debe someterse a ti (o al revés).

Solución rosa: En Juguete Rosa tienen envíos gratis ¿Eso qué significa? Pues que tienes todo el tiempo del mundo sin perderte en otros detalles para, si quieres, coger las riendas de tu envío… y de quien lo reparte.

 

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