Libido femenina: qué hacer cuando el deseo desaparece

Que sí, que has pasado de querer hacerlo a todas horas a… pluf. A veces se nos junta todo y acabamos en modo oso, y lo único que te apetece es mantita y peli. Y que no te toquen ni con un palo, eso también. Y en ese momento lo peor que te puede suceder es que llegue LA PREGUNTA: ¿es que ya no te gusto? ¿no te pongo?

 

Y a ver, que no, no es eso, pero no sabes cómo explicarlo. Porque no, no hay ningún problema en la pareja. Sigues viendo a tu chico como un dios griego o a tu chica como una auténtica sex symbol, es simplemente que hoy… hoy no.

En primer lugar, No panic, que no te has vuelto un bicho raro (sea lo que sea que signifique eso en un tema como el sexo). El deseo sexual puede verse afectado por un sinfín de aspectos: estrés, ansiedad, rutina o cambios hormonales son sólo alguno de los más comunes. Así que lo primero es no agobiarte. Estos son los motivos más normales por los que a veces nos convertimos en una ameba con patas:

¿Es que sólo existe el sexo?

Hay épocas en las que pareces un mono babuíno con ganas de restregarte a todo lo que se mueve mínimamente (real o a pilas), y otras, sencillamente, no. El sexo es increíble, pero hay muchas cosas que son también muy buenas. Un masaje, una tarde de risas con tus amigas, una sesión maratoniana de Harry Potter, o dejarte el sueldo en las compras online. Lo que sea, el caso es que oye, existen más cosas a parte del sexo que nos gustan.

Llevo un día/semana/mes de mierda

Así, con todas sus letras. Y a veces en mayúsculas y con letras de neón. Llevas una época en la que no sabes aún por qué te levantas por las mañanas de la cama si cada día te caen más marrones. Y oye, que sí, que eres super positiva, que tienes todo lo que se puede tener de Mr. Wonderful y eso, pero que ahora mismo mandarías a todo ser viviente (incluida tu pareja) a tomar vientos.

Total, que sinceramente, lo único que te apetece después de este día/semana/mes es que te mimen un poco, y no ponerte al tema. Oye, que no pasa nada, que te lo has ganado.

La rutina ha hecho mella en vosotros

Sigues pensando que estás con la persona más sexy del planeta, es sólo que ya sabes lo que viene, que después del A, viene el B y, exactamente cinco minutos después el C. Os conocéis desde hace bastante y toda la chispa del principio se ha acabado.

Erais pura química, y ahora todo está medido y cuando quieres innovar un poco… la cosa no funciona. Frases como «Ay, eso me hace daño» o «esta posición es muy incómoda» se ha convertido en vuestras compañeras de cama últimamente cada vez que probáis algo nuevo. No pasa nada, es sólo cuestión de echarle un poquito de imaginación y ganas de innovar en la cama. Un conjunto de lencería sexy, un juguetito, o algún producto de cosmética erótica puede dar ese punto que os falta.

Me duele…

Completa la frase con lo que quieras. Los dolores de cabeza han sido la excusa por excelencia y al final esto se ha convertido en una especie de Pedro y el lobo y ya nadie te cree cuando te duele algo. Pero es verdad, a veces se nos juntan los dolores premenstruales, una migraña que no te permite ni abrir los ojos, una gripe con fiebre que te ha dejado molida o unos retortijones que te hacen revisar la distancia al cuarto de baño cada 5 minutos. Y oye, pues lo siento, pero ahora mismo no me veo jugando a papás y mamás contigo.

Cambios hormonales

La libido femenina depende muchísimo de nuestras hormonas y cualquier cambio puede influir en nuestras ganas de tema. Tanto los cambios hormonales del ciclo como otros más importantes, por ejemplo, en la menopausia. Si crees que esto es lo que te puede estar pasando, habla con tu médico o tu ginecólogo para que te indique la mejor forma de contrarrestrar los efectos de las odiosas hormonas.

En fin, que sea lo que sea lo que suceda, déjate de dramas, que a todos nos ha pasado y no es el fin del mundo 😉

 

 

 

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